Club Ciudad Lineal

Club Ciudad Lineal

PRESIDENTE
SERAFIN SANCHEZ

ESCUDO

JUGADORES

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HISTORIA DEL CLUB 
publicada en el calvero nº6 (1993)

Soy Antonio López: Pertenezco al Club Calva Ciudad Lineal y antes de nada, os pido que sepáis disculparme por las faltas que pueda tener, al relataros un poco a mi manera, el nacimiento y trayectoria de nuestro «Club de Calva».

Nací y me crié en Villafranca de la Sierra, provincia de Avila. Casi desde niño, como todos los demás del lugar, sin apenas poder coger el marro y siguiendo las costumbres de nuestros padres y abuelos, empezamos a jugar a un juego tradicional y maravilloso que es la «CALVA».

Por los años setenta, siendo ya mozalbetes que podíamos trabajar, por circunstancias de la vida y del poco trabajo que había en el pueblo, casi todos los de mi generación, tuvimos que emigrar unos a Madrid otros a Suiza, etc…

Pasaron los años, y nadie parecía acordarse del juego aquel tan maravilloso. Pero cuando volvíamos al pueblo con unos días de vacaciones, a unos cuantos, se nos despertó el gusanillo que llevábamos dentro y añorábamos de nuestra juventud, y nos pusimos a jugar.

¡Entonces yo pensé! y consulté con mis compañeros Máximo Blázquez y Emilio González: ¿Por qué no podíamos jugar en Madrid y practicar nuestro deporte favorito? Nosotros que vivimos en el barrio buscamos un campo y quedamos los domingos por las mañanas.

Les pareció una idea estupenda y Maxi dijo: «donde yo vivo, hay campo y se puede jugar», y ni cortos ni perezosos quedamos para el próximo domingo y así empezamos a jugar y practicar nuestro deporte favorito.

Rápidamente se corrió la voz y vinieron más señores con la misma afición que nosotros: Como por ejemplo Alberto Marcos, Pedro Núñez, los hermanos Hipólito González Jesús que estuvieron varios días buscándonos y cuando nos encontraron nos dijeron si les dejábamos jugar.

Nosotros les contestamos que eran bien recibidos como todo aquel que viniese. Y siguieron viniendo más y más de los cuales algunos nos tuvieron que abandonar, como es el caso del famoso Anastasio Jiménez, al que cariñosamente le apodamos «el Vicálvaro». ¿Quién no se acuerda de él? Todo un campeón en aquellos tiempos y que por circunstancias del trabajo nos tuvo que dejar.

Pero esto seguía. Ya éramos bastantes los que acudíamos cada mañana de los domingos, algunos llevábamos una bota de vino y lo compartíamos con los demás, hasta que decidimos escotar todos y comprar un pinchito y un trago de vino a media mañana.

No tardó mucho tiempo cuando nos vino el primer problema con el campo, pues tuvimos que buscar otro sitio ya que aquí, lo hicieron jardines y tuvimos que abandonarlo.

Entonces nos trasladamos al barrio Quintana, al parque Calero que era un sitio bueno y céntrico. Aquí, al vernos jugar, muchos lo conocían y se nos agregaron como por ejemplo: Lope Martín, los Vitorios, el que más ha hecho por el club, nuestro flamante campeón y mejor presidente Serafín Sánchez, los Hermanos Merineros, etc…

Pero aquí había bastante peligro con los crios y no jugábamos a gusto. Entonces solicitamos a la Alcaldía de Ciudad Lineal, que nos hiciesen unas canchas para nosotros solos, para evitar el peligro. Fuimos un montón de veces y no nos hicieron caso entre otras cosas porque no conocían este juego que es la «calva», pero sin embargo, si se las hicieron a los señores de la petanca, el chito, etc… Y nosotros una vez más, con el problema del campo tuvimos que marchar a buscar otro sitio.

De aquí nos trasladamos a un solar de la Cruz de los Caidos, y como en sitios anteriores, se nos agregaron más socios como los hermanos Pérez, los Martínez, Ireneo, Mota, Jesús, Eusebio, la familia Sánchez, Francisco; nuestro Malina, que en la actualidad es el que mejor nos cuida, ya que es el encargado del «piscolabis» por las mañanas. También es delegado del campo, junto a Poli, Ajero, José Mª y Casillas entre otros. La familia Moleros, de los que hay que destacar a nuestro amigo Venancio, uno de los que más afición tiene, ya que cuando tiene un ratito libre, es capaz de abandonar el bar y escaparse a jugar, aunque sólo sea una partida. A Isidoro García, que nos cedió su bar desinteresadamente para tener nuestra sede, y que se merece un diploma de honor porque es la única persona, no solo de nuestro club , sino de todo Madrid que sabiendo que no va ganar ningún premio, acude a todos los campeonatos sin dejar ni uno.

También tenemos que resaltar y muy especialmente a nuestros jóvenes socios, porque gracias a ellos el juego de la «CALVA» no se perderá, pues tienen el derecho y el deber de que esta tradición siga hacia adelante.

Aquí nuestro club, aumentó bastante y empezamos a celebrar campeonatos con otros Clubes de otros barrios invitándoles a limonada y jugándonos unos trofeos y pasándolo bien.

Pero como nos temíamos que algún día nos echarían también de aquí, seguíamos solicitando a la Junta Municipal de Ciudad Lineal que nos hiciesen las dichosas «CANCHAS», que nos conformábamos con poco, y en cualquier sitio dentro del barrio.

Hasta que un día, dimos con una gran persona, nada más y nada menos que el Delegado de Deportes de la Junta Municipal de C. Lineal, Don Valentín Martínez Espada que hizo lo imposible por ayudarnos y hacer las «CANCHAS» tan deseadas por todos nosotros. Al que tenemos que agradecer que por fin, tengamos un sitio para pasar nuestros ratos libres y de ocio, sin que nadie nos moleste y practicar nuestro deporte favorito.

Y lo que son las cosas de la vida, resulta que nos han hecho las canchas, casi el mismo sitio donde empezamos a jugar hace casi veinte años, y esto muchos de vosotros no lo sabíais.

Me hubiese gustado elogiar a todos los socios en general, porque todos lo merecéis por vuestra colaboración hacia el Club.

Como sabemos todos tenemos alguna pequeña discusión, pero esto ocurre en casi todas las mejores familias y casi es normal. Y eso es lo que considero que somos ¡Una gran familia! que celebramos al menos una vez al año, una gran fiesta como despedida de temporada, con una tradicional comida invitando a nuestras señoras que hacen el honor de acompañarnos con su presencia y pasarlo bien junto a nosotros. De lo cual me siento orgulloso de colaborar en lo que puedo y haber sido junto a mis compañeros Máximo y Emilio uno de los pioneros y fundadores de este gran Club, que es el mayor de Madrid y que entre todos tenemos que seguir luchando para que siga cada vez más y mejor.

Antonio López Sánchez