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HISTORIA DEL CLUB |
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A CONTINUA CION LA HISTORIA PASO A PASO. Los primeros años andábamos de aquí para allá, jugábamos en cualquier lugar, solares abandonados, urbanizaciones lejanas, calles sin salida, tanto es así que a veces cuando íbamos a jugar las «canchas» habían desaparecido, entonces íbamos al bar donde tenemos la sede y preguntábamos a Antonio: -¿Sabes donde juegan ahora ? Y así una y otra vez hasta que un buen día encontramos un recinto hecho para nosotros; tenía terreno para diez o doce pates y estaba rodeado de árboles con un seto que tenía más de un metro de, altura, aquí teníamos sitio suficiente para jugar y aparcar los coches. Así estuvimos dos o tres años, pero un mal día nos quedamos sin campo, de la noche a la mañana lo asfaltaron para poner el mercadillo y de nuevo a buscar dónde darle a la madera. Cerquita de este lugar había unos jardines abandonados que tenían árboles frutales. Sobre todo ciruelos, Y allí a la sombra, en los pasillos, matábamos el gusanillo. No duró mucho tiempo la alegría como en otras ocasiones, así que hicimos fu como el gato y nos fuimos esta vez a jugar al Parque de la Paz, que estaba en ciemes, no como le conocemos ahora. Aquí nos duró la aventura otro par de años, y de nuevo a mendigar por que llegaron las excavadoras, perforadoras y demás maquinaria que utilizan los albañiles para hacer aparcamiento que son los mismos que hoy tenemos debajo de nuestras canchas. Antes de este feliz sueño seguimos nuestro calvario particular, esta vez aprovechamos que estaban haciendo una nueva barriada y sin que sirva de precedente lo primero que hicieron fue el trazado de las calles, que eran en principio de tierra bien apisonada y para nuestro deporte canchas fabulosas en las que se jugaba de maravilla, pero.. no se me olvidará aquel sábado por la tarde que estábamos dale que te pego, que si corta, que ladera, total que llegó la noche y cada uno para su casa, si, si…, los amigos albañiles nos habían encarcelado cerrando la única salida que teníamos. Nosotros como buenamente pudimos acercando piedras y madera al fin pudimos salir. Entonces comprendimos que estorbábamos y no volvimos a jugar. Cuando supimos que estaban construyendo los aparcamientos, nuestra cabeza empezó a cavilar y tuvimos la gran suerte de que al frente de nuestro club teníamos un gigante llamado D. Manuel Martín, Manolo para los amigos. Es el alma del club, y gracias a él, sin olvidar a otros nombres importantes hoy tenemos nuestras canchas que serán perfectas cuando estén cercadas y tengamos nuestra caseta prometida. Quiero agradecer en nombre del club y en el mío propio al Excmo. Ayuntamiento Democrático de Alcorcón, a su Alcalde D. Jesús Salvador y al concejal de deportes D. Francisco lvañez por tener el oído tan sensible para nuestro humilde y sencillo deporte, pero tan importante para nosotros que nos permite seguir dilatando nuestras propias raíces. |
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Un abrazo, |